jueves, 26 de mayo de 2011

Faltan canales para comercializar la artesanía guerrerense, dice creador

Anarsis Pacheco Pólito


Con 60 años de experiencia, Felipe Santiago Galicia fue uno de los ganadores del octavo Concurso de Laca que se organizó en el pueblo de Temalacatzingo, municipio de Olinalá en la región de La Montaña.

Felipe Santiago Galicia se hizo acreedor del segundo lugar en la categoría de juguetes de laca, en la que participó con una rueda de la fortuna en tonos morados, con un muñeco que indica la numeración de cada vuelta.

Este artesano explicó que toda su vida a trascurrido entre las pinturas y el cultivo de los árboles de donde procesan los materiales para la elaboración de cada pieza.
Es originario del pueblo de Temalacatzingo, sus raíces son nahuas; y le enorgullece mostrarlas en cada uno de sus trabajos; tiene 65 años de edad y procreó a ocho hijos; cinco de ellos están en los Estados Unidos y los otros tres en Tlapa, a los que aun mantiene.

Recordando, Santiago Galicia, señaló que sus primeros pasos en la creación de obras fue por su padre, quien se dedicó a formarlo como artesano y persona.

“A la edad de cinco años yo ya le ayudaba a mi papá a recoger los pigmentos que se iban a usar en cada pieza, además de cortar los árboles para tallar los juguetes”, señaló.

Santiago Galicia comentó que toda creación es posible y que no existen parámetros para explotar la imaginación, ya que no se mide al momento de crear una pieza artística, y cada una es diferente.

Sus primeras obras fueron pequeñas máscaras de jaguar; su padre le enseñó a cortar el tronco del árbol, tallarlo y darle forma de animales; después pulirlo, pintarlo y laquearlo hasta que quedara completa la obra.

“Lo que recuerdo de las primeras máscaras es que me llegué a tardar una semana y media en terminar de hacer una pequeña, de la mitad de la palma de mi mano, pero ahora me tardo un día completo en hacerla”, indicó.

La especialidad de Felipe Santiago Galicia es elaborar juguetes como carruseles, autobuses, carritos, ruedas de la fortuna; y objetos como costureros, alhajeros y juegos de cocina, pero también ha llegado a hacer, sólo cuatro veces, cabeceras para camas y mesas, por encargo de gente de Tlapa de Comonfort.

Los árboles que llega a utilizar en la elaboración de sus artesanías son el zopantle, árbol típico de la región que aguanta las largas sequias, además del colorín, de flor roja, del que también se prepara en guiso.

“Preferimos utilizar el colorín y el zopantle, porque son maderas mas durables; el copal no te aguanta al tratamiento que le damos para hacer los juguetes”, señaló.
Para Felipe Santiago Galicia, participar en el concurso artesanal es de gran ayuda, pero no significa que “sea lo mejor”, ya que el apoyo que se da no es realmente mucho, y las ventas de las artesanías temalacatenses son muy bajas, pues compiten con nuevas necesidades que hay en la sociedad.

“Ya la venta es muy baja y la verdad es que quienes la compran siempre quieren un precio mejor, no se dan cuenta que el trabajo es mucho para elaborarlos, nos levantamos a las cinco de la mañana para ir a buscar los frutos para hacer bules o mascaras, no es fácil”, abundó.
Santiago Galicia señaló que en su pueblo natal no existe una fuente de trabajo para ganarse sus pesos, y su pensamiento es de que prefiere “regalar su mercancía”, porque no tienen donde venderla ni como comercializarla.

“Si tuviéramos donde vender nuestra mercancía las cosas fueran diferentes, vinieron a capacitarnos de México y nos enseñaron a trabajar mejor el material y hacer presupuestos”, subrayó.

De igual forma explicó que a pesar de que los capacitaran para aprovechar los materiales y hacer un presupuesto para darle valor a las artesanías, no servía de mucho porque la gente no pagaba el precio que le calculaban, y terminaban bajándolo nuevamente.

“De un presupuesto de 500 pesos de una pieza no se vende y la terminamos vendiendo en 80 pesos o hasta 100 con suerte, con este curso sólo logramos apreciar la ganancia que se perdía”, comentó.

Santiago Galicia, señaló que el problema que enfrenta la artesanía guerrerense no es la producción, sino el canal para comercializarla.

“Sí nos ayuda el concurso porque nos da un apoyo económico, pero nosotros en este pueblo no tenemos una fuente de trabajo estable”, finalizó.



El Sur, 26 de mayo de 2011

http://www.suracapulco.com.mx/nota1.php?id_nota=102421

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