jueves, 21 de julio de 2011

LA ENTREVISTA. Exponer y vender mi obra, con una pequeña ayuda de mis amigos: Jaime Ignacio López




EDUARDO AÑORVE
CUAJINICUILAPA, GRO.

El pintor ometepescence Jaime Ignacio López Santiago donó uno de sus cuadros a una asociación civil altruista después de participar en una muestra pictórica colectiva realizada en el municipio oaxaqueño de Huazolotitlán; ese cuadro, Prometeo, fue adquirido por el Congreso del Estado de Oaxaca para enriquecer su acervo.

En entrevista para El Faro, realizada en su edificante estudio, Jaime Ignacio explica y evalúa ese hecho, además de vislumbrar algunas implicaciones del mismo, relacionadas con el mercado del arte y las posibilidades que pudieran abrirse para su obra y la de otros pintores locales, de la pertinencia de ésta en un ámbito rico y competido en el arte pictórico; finalmente, habla de sus proyectos inmediatos.

-Expusiste recientemente en la Costa oaxaqueña, ¿cómo fue tu experiencia?

-Gratificante. Fue una experiencia extraordinaria por muchas razones: se dio casi espontáneamente, la reacción de los espectadores fue conmovedora y se abrieron muchas posibilidades. Fue y es casi mágica, no sólo por lo estrictamente pictórico: todo se dio con “la pequeña ayuda de mis amigos”. Y resultó la prueba de fuego para mi taller Galgo Morado, obviamente, superada con creces. Y en lo personal, fue un melodrama (en el sentido exacto del término) cuyo resultado me obliga a tomar decisiones que había pospuesto.

-Tus cuadros se movieron y llegaron hasta la capital del estado, se exhibieron y fueron adquiridos, cuando menos uno de ellos, ¿cómo, por qué y para qué se dio ese proceso?

-Todo empezó con la exposición que realizo desde hace varios años en la preparatoria 5 de la Universidad Autónoma de Guerrero, dentro de sus festejos de aniversario y que dura tres o cuatro días. Este año se llamó Mancha/Raya: la pasión de la mirada, al alimón con Sergio Ezequiel, el Galgo Morado que aún permanece. Unos días después la montamos en el Museo de las culturas afro mestizas Vicente Guerrero Saldaña, de Cuajinicuilapa. Dos de los asistentes a la inauguración fueron los pintores oaxaqueños Fernando Terrazas y Fabián Hernández. El maestro Terrazas nos invitó a exponer en Pinotepa Nacional y consiguió un espacio en la casa de la cultura. También ahí duró unos cuantos días, sin embargo, uno de los asistentes, el singular promotor cultural Israel Reyes nos propuso llevar la muestra a Huazolotitlán. Se realizó en el palacio municipal, con la adición de Ivaan (con doble “a”) Piza, artista local, y ya bajo el auspicio de África A. C. Y por primera vez con viáticos dignos, debo decir. Siguió luego la comunidad de José María Morelos, donde aún permanecen los cuadros porque el maestro Isra, los ha exhibido en eventos subsecuentes de su organización.

Estando en Pinotepa, Fernando Terrazas nos propuso donar un cuadro, cada quien, para ser subastados a beneficio de Manos Unidas Para Ayudar, una asociación civil altruista oaxaqueña. De ese modo llegaron al lobby del Congreso del Estado de Oaxaca mi Prometeo y Remedios La Bella de Sergio. Adquiere una obra para una buena obra, se tituló la subasta. No sé detalles, sólo que nuestras pinturas fueron adquiridas y que hicieron un papel bastante digno. 34 pintores más participaron; la mayoría de prestigio. Creo que fuimos los únicos no originarios de aquella generosa tierra.

-¿Cuál es tu lectura, cuál tu evaluación de haber sido exhibido y comprado uno de tus cuadros en Oaxaca?

-No lo esperaba. Me olvidé del asunto, hasta que, husmeando en el internet, descubrí una fotografía donde aparecía mi cuadro entre otros, entonces leí el artículo, que por cierto, no decía mucho. Recibí un correo con un lacónico: “Trato hecho: Prometeo y Remedios la bella fueron vendidos en la subasta”, de mi amiga Nadia Alvarado, quien en realidad, fue el motor que hizo todo esto posible, sin ella, nada habría sucedido. Gracias.

Tenía mis dudas, porque la estética de la plástica del estado de Toledo y Tamayo se contrapone a mis obsesiones formales. Mi obra, tanto la abstracta y la figurativa es volumétrica, insisto en la perspectiva, etc., ellos cultivan lo opuesto. Sin embargo hay similitudes: la textura y el color, entre otros. Son más lúdicos y experimentales… bueno, hay de todo sin duda.

Como ignoro detalles de la subasta silenciosa no puedo evaluar con certeza. Lo cierto es que –guardadas las proporciones extra pictóricas-, estuve entre pares. Y no me disculparé por la arrogancia, te puedo afirmar que aquí, en mi taller, hacemos una obra con el rigor y calidad equiparable a cualquier ámbito artístico de buen nivel y (tienes una idea) con muchos factores en contra que sería ocioso enumerar. Este suceso es un ejemplo paradigmático.

Haber vendido me alegra y me estimula, pero yo doné el cuadro y me satisface más haber contribuido a una buena obra. Por supuesto, ardo en deseos por saber cuál fue, digamos, la plusvalía sobre el precio base por simple vanidad. Diablos… espero no decepcionarme. En todo caso, misión cumplida. Además, permíteme el puchero, no es la primera vez que vendo y cuando expongo por acá me rehúso a hacerlo porque me quedo sin trabajos para mis delirios didácticos.

-Habías intentado, con menos suerte, exponer en Guerrero para que tus cuadros fueran vistos y conocidos; sin embargo, es en Oaxaca donde parece concretarse esa intención. En cierto sentido puede afirmarse que todos los caminos confluyen hacia lo mismo: ¿crees que tu obra se habría mostrado y adquirido, es decir, apreciado, de todos modos, en algún momento? Es decir, ¿tu obra tiene el suficiente valor estético para caminar sola?

-Mmmmm… Sí. El problema soy yo: pinto poco y tardo siglos por mi manía perfeccionista. Y no he intentado buscar espacios fuera de mi región, hasta hace unas semanas me importaba poco. Aunque he tenido invitaciones que he dejado pasar, eso incluye una colectiva allende nuestra frontera norte y un par de ciudades claves para este rollo. Me han acusado de pornógrafo, de pintar “mariguanadas”, etc., pero no de pintarrajear basura. Por supuesto, hay quienes la rechazan y la subestiman, esto último me incluye, por cierto.

Oaxaca es un escaparate muy demandante, un mercado muy competido; ¿crees que esta aceptación de unos de tus cuadros, Prometeo, sea el comienzo de una valoración de tu obra?

-De ninguna manera si persisto en la güeva, si me niego a viajar, es decir, si no peleo en el cuadrilátero correcto. ¿Sabes?, siempre he dicho que si he de figurar de alguna manera, será desde aquí, desde Ometepec y más aún, desde mi ruinoso taller. Y, bueno, la nave va… Aspiro a la obra maestra, no a un titular en el New York Times. Quiero exponer en Xochistlahuaca, por ejemplo, no en la galería de moda. Hay estilos de vida que rechazo, aunque signifique vivir en la miseria y el ostracismo.

-¿Has pensado intentar exponer en la ciudad de Oaxaca, no en colectivo sino a título personal?

-Sí. Es mi objetivo futuro, contemplo la opción de echarme la mochila al hombro si es necesario. En realidad, no he hecho una muestra individual de importancia. Eso es trabajo, pintar como poseso, crear una colección. De la chingada… en serio, porque ya significa presión y tiendo a sublevarme. Pero estoy decidido… por fin.

-¿En qué estás trabajando ahora?

-Reviso bocetos y reordeno mi espacio físico, que es el desorden dentro del caos. Espero los materiales que necesito mientras tanto. De facto, empiezo desde cero, no me lo vas a creer, pero no tengo un tubo de óleo. Cierro una etapa de mi vida creativa y eso me provoca diversos conflictos. Está pendiente exponer en Huatulco para agosto y en Acapulco para diciembre. Y… sin embargo, me muevo. Amén.

Suplemento Vida y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 15 de julio de 2011

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