jueves, 21 de julio de 2011

La Belleza Hechiza, poesía y fotografía de Eduardo Añorve en Huatulco


19 imágenes y 13 poemas fueron la base de la presentación “erótico-estética” que Eduardo Añorve, creador de Cuajinicuilapa, Guerrero, realizó en el café Casa del Faro en Bahías de Huatulco, municipio de Santa María Huatulco, al alimón con el guitarrista local Eusebio Villalobos, entre otros músicos, el pasado sábado 9 de julio ante una treintena de asistentes.

Las 19 imágenes expuestas, en formato de 8x10 pulgadas, son retratos de una mujer joven hechos de manera espontánea, sin poses ni modelado, a decir del autor, en fríos tonos azules, como un ensayo o una serie orgánica de apuntes para una estética de fotografía casual.

El hilo conductor de la muestra es la palabra “hechiza”, que condiciona y predetermina el concepto de belleza del artista en ella, la cual puede leerse en doble sentido: la belleza hechiza, seduce, embruja, es mágica, por un lado; la belleza hechiza, inventada, imaginada, creada, concebida, hecha, por el otro lado.

Minutos antes de las ocho de la noche del pasado sábado, a escasos metros de los acantilados de las Bahías de Huatulco, Añorve Zapata explicó, a petición de algunos asistentes, que la colocación de las imágenes, el orden en que se muestran, es consecuencia de su captura: tomas fragmentarias –una mano que apenas deja ver un ojo, los pies, el rostro recortado, las piernas- van revelando/construyendo la belleza de una mujer hermosa, hasta develarla de cuerpo entero.

“El artista, en este caso el fotógrafo, aspira a capturar la perfección estética, formal, pretende retratar la belleza femenina, la armonía eterna de esas formas que yacen en el ideal de mujer y se traduce en proporción, equilibrio, definición de líneas; por ello, la manipulación de esas 19 imágenes –desde su captura hasta su impresión, pasando por su tratamiento digital- se realiza con ése propósito: el artista construye la belleza”, apuntó Añorve Zapata en su intervención.

“Una de las dificultades técnicas de la fotografía casual, no posada, reside en la movilidad de la modelo, que cambia constantemente de posición de modo imprevisible, provocando que las imágenes aparezcan borrosas, barridas, sobre todo porque las condiciones de luz donde se hicieron las tomas eran insuficientes, o que la imagen previsualizada no corresponda con la imagen capturada”, explicó.

Y refirió que conseguir una treintena de imágenes “bien hechas” requirió de cientos y cientos de tomas, tal vez más de mil.

En consecuencia con este planteamiento estético, Añorve Zapata leyó posteriormente 13 poemas “erótico-amorosos”, donde el cuerpo y la figura de la amada son centro y periferia de esta poesía, animada ésta por la pasión y la ternura, en un lenguaje cotidiano y depurado.

Para mejor aderezar este banquete auditivo y visual, emocional y sentimental, el maestro Eusebio Villalobos interpretó algunas canciones a la guitarra.

Por REDACCIÓN
Bahías de Huatulco, OAX.

Suplemento Vid y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 15 de julio de 2011

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