Más de 15 hermandades acaparan la atención en actos de Semana Santa
RAYMUNDO RUIZ AVILÉS (Corresponsal)
Taxco, 5 de abril. Más de 2 mil penitentes participan este jueves y viernes en los actos extralitúrgicos de la Semana Santa en Taxco, mortificando sus espaldas con un flagelo, cargan rollos de zarzamora y arrastran cadenas, durante las procesiones que recuerdan la pasión y muerte de Jesús y que son resguardadas por elementos de Seguridad Pública y Protección Civil municipal.
Entre el esfuerzo y los golpes de castigo propinados en la espalda que de inmediato provocan sangre, sufrimiento y tormento en unos penitentes, otros cargan pesados rollos de espinas, mientras que encorvados y encadenados convierten a la ciudad en un patio de penitencia.
Esto durante las procesiones del jueves santo denominada de los Cristos y del Prendimiento, así como el viernes en las Tres Caídas, la de Descendimiento y del Silencio, donde participan unos 2 mil penitentes, mujeres y hombres, de las más de 15 hermandades.
Este jueves en el atrio de la parroquia de Santa Prisca, desde temprano, ha quedado instalado el huerto de Getsemaní, donde realizan los concurrentes visitas constantes a la imagen de Jesús preso.
Por la tarde, la llamada de los judíos en busca de Jesús, es la atención de propios y extraños, cuando en el templo de la Santa Veracruz, se prepara la llegada de los Cristos. A media noche comienza la procesión más larga, que concluye al amanecer.
Estas ceremonias de penitencia se desarrollan durante esta noche y todo el viernes; se aprecia en las calles el andar de los cientos de encruzados que llevan sobre sus hombros en forma de cruz, enormes rollos de espinas de zarzamora.
Los penitentes, ocultando el rostro con un capirote y el dorso descubierto, van atados con un cabresto (crin de caballo) y un nudo en la boca que enlaza los brazos con las espinas, mientras que la falda negra con otro lazo ciñe la cintura, provocando dolor.
Los encruzados caminan descalzos entre calles accidentadas, pedregosas, con el peso del rollo de espinas. Avanzan con lentitud, torpes y con esperanza de llegar a su destino.
En las principales capillas, abunda el golpeteo, la sangre y el dolor, una tradición que tiene más de 60 años. Los flagelantes mortifican la espalda con una disciplina confeccionada de forma artesanal con clavos, lazo y piola.
Este instrumento de tortura se convierte en herramienta indispensable para el acto penitencial al soportar en la espalda, cientos de golpes que les provoca suplicio, cuando la llaga se convierte en un charco de sangre.
Algunos de ellos salen a las calles, para realizar el flagelo, cargando pesadas cruces de madera para después, azotarse en medio de curiosos que observan asombrados el brote de sangre.
Los penitentes de Taxco buscan enmendar las culpas, en estos actos extralitúrgicos apreciados por miles de personas nacionales como del extranjero.
http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2012/04/06/index.php?section=sociedad&article=008n1soc
lunes, 9 de abril de 2012
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