Impide el complejo Puerto Mío el acceso a playas de Zihuatanejo

El desarrollo, que ocupa Contramar, Majahua, Contramarcito y Punta Gorgonia, tendrá campos de golf, un mercado flotante, hoteles y un restaurante que los azuetenses no podrán pagar

HERCILIA CASTRO (Corresponsal)

Zihuatanejo, 15 de enero. La entrada es un acceso restringido que cuida un guardia, muy pocos turistas y lugareños pueden pasar a cambiar de panorama y chocar su vista con una escena de película donde abundan las ceibas, mariposas, aves y la gran vista de la bahía de Zihuatanejo, es la entrada a las villas del complejo Puerto Mío.

Ubicado en la zona del cerro del Almacén, donde antes también existió una playa, ahora es resguardado sólo para gente very important people (VIP).

Cada villa tiene su nombre y son propiedad de extranjeros o dueños con “poder adquisitivo”. El camino es sinuoso, parece un recorrido por un castillo medieval pero lleno de cantos de chachalacas, garzas, ceibas, arañas exóticas que construyen un vitral por donde observas hasta la llamada piedra solitaria, situada en medio de la bahía.

Pero los lugareños ya no pueden acceder al disfrute de caminar por las 5.58 hectáreas del complejo turístico que construyó un dique de más de 80 metros en medio de la bahía y donde están las playas Contramar, Majahua, Contramarcito y Punta Gorgonia.

La autorización fue dada en 1994 por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y donde se prevé en el proyecto la construcción de un desarrollo náutico, spas, campos de golf, un mercado flotante, hoteles y un restaurante que los azuetenses no podrán pagar.

–¿Todo esto es Puerto Mío? –se pregunta al guardia

–No señorita, mire, aquí comienza Montecristo, que también es de Puerto Mío, pero sólo puede pasar dando la vuelta, si está en el hotel, dice.

Se escucha el tumbo de las olas, el viento fresco en la cara, tal vez un arroyo cercano, las aves vuelan casi sobre uno, pasa un puercoespín, la escena no termina.

–¿Y ahora cómo me salgo?

–No pues debe dar la vuelta, pero mire, yo entro y salgo por aquí –muestra el guardia una barda con agujeros como escalones.

Hemos dejado atrás la selva caducifolia y el maravilloso paisaje, afuera, bardas de más de dos metros con el nombre exclusivo del complejo Puerto Mío y Montecristo.

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