lunes, 25 de abril de 2011
Artistas de Tlapa presentan la muestra Matices de montaña
SERGIO FERRER
Tlapa, 24 de abril. Seis artistas originarios de la ciudad de Tlapa, exhibirán durante una semana sus pinturas, grabados y dibujos a lápiz dentro de la exposición Matices de montaña, en el pasillo principal del ayuntamiento, una de las pintoras cuyo trabajo se incluye en la muestra, explicó que su arte busca expresar la visión del origen de la vida interpretada en un lienzo.
Edilberto Díaz Martínez, expositor de cuatro grabados y dos pinturas en técnica mixta, egresado de la Escuela Popular de Bellas Artes, en Michoacán, nacido en Tlapa, indicó que este año se retomó el trabajo de un antiguo colectivo de artistas de la ciudad que intenta crear público, “para las artes visuales que han sido olvidadas”, complementó Alejandro Morales Ibarra, director municipal de Cultura y Deportes.
Con el fondo del mural basado en el códice Azoyú, que decora la fachada del ayuntamiento desde hace varios años y que presenta ligeros deterioros en la parte baja del mismo; óleos, pinturas mixtas, grabados, acrílicos y retratos típicos de personas hechas al grafito conforman una serie de obras realizadas por artistas de diversas generaciones que se expondrán al público durante casi una semana.
Pinturas con historia
Ñami Yuvi Sánchez Sierra, pintora nativa de Tlapa, explicó que la obra expuesta, expresa su cosmovisión del origen de la vida en la tierra, es el caso de Dualidad, acrílico donde se remite a la bifurcación vida-muerte. A profundidad, Sánchez Sierra denotó la imagen central de la pintura: un caracol que representa la vagina, como creadora de vida, en la creación, se expresan también líneas de espermas como parte de la fecundación, un orgasmo cúspide de una carga de energía y sentimientos hasta el periodo menstrual, en el cual los óvulos pueden generar vida o integrarse al cosmos, denotando contraste en el uso de colores fríos y cálidos. La pintora se pronunció por el deseo de intentar vislumbrar que hay más allá de nuestro mundo a nivel macro o micro, como es la vida molecular y celular.
Por su parte, Morales Ibarra apuntó respecto a dos de sus piezas que en el caso de la primera, un encargo de fragmento de mural retocado con la visión de artista, lo hizo retirar un año de la pintura, por lo que se volvió un reto finalizar el óleo, al concluirlo no lo quiso vender. Otra de sus piezas, muestra en su imagen principal el pie rígido enramado de una bailarina cuya punta toca un charco de sangre que antes fue sudor y lágrimas, retoma el caso verídico de una antigua bailarina de ballet, que tuvo la oportunidad de estudiar de manera profesional al extranjero a la edad de 12 años, pero que sufrió una fractura de tobillo que la obligó a retirarse de la disciplina, ahora ella es una médico especialista en rehabilitación.
La Jornada Guerrero, 25 de abril de 2011
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